martes, 2 de febrero de 2010

Cariño

Se presentó como un sentimiento maldito, pero deseado. Una sonrisita de unos labios rosados fue lo único que necesitó… creo que un poco de licor les ayudaba también… para que naciese entre ambos esa chispita cotorrera que, poco a poco, empezó a alborotarles las neuronas mintiéndoles maravillas sobre ellos.

El chico encontraba en ella la perfección hecha carne y la gracia hecha mujer. Ella encontraba en él a esos hombres por extinguirse, de mera existencia cinematográfica, que era capaz de luchar con tesón por su seguridad pero era capaz de sentarse tranquilo en un parque cualquiera observando el cielo y encontrando formas ridículas y cariñosas a las nubes solitarias.