sábado, 15 de septiembre de 2007

Cartas sin nombre IV

Los ojos tristes, ya extraños – no iguales - nunca más iguales. ¿O son los mismos? Quiero creer eso. Para sentirme bien, feliz. “Tonterías” pienso muchas veces, si no la mayoría de las mismas, “esperándote”; “a que vuelvas”. Tu mundo es otro… ¿Tengo que sufrir una espera eterna, entonces? ¿No fue suficiente el corazón roto, esa última despedida?

“¡Qué importa que mi amor no pudiera guardarla!
La noche está estrellada y ella no está conmigo.”


Escribir. Para recordar y para sobrevivir a tiempos aciagos, a estos tiempos sin ti. Sin ti. Muchas veces desisto y pienso en irte a buscar allá donde te encuentres pero el miedo tiende a paralizarme una vez que lo quiero hacer. ¡Soy tan cobarde!

¿Qué quería decirte esa noche? Nada… pero todo. Que eras tú a quien todavía extrañaba ver, que todo este tiempo – y ya es bastante – escribí por ti, que nunca me olvidé de ti… simplemente te dejé ir… a ver si algún día tú querrías volver a verme. Escribí por ti… escribo por ti…

“…y éstos sean los últimos versos que yo le escribo.”

Nunca.

sábado, 1 de septiembre de 2007

Cartas sin nombre III

Descubrir sus ojos mirándote esa mañana gris, fue extraño. El cabello flotándole, formando ondas a su alrededor, y ver que ella se encontró sorprendida con que tú la encontraras y la reconocieras. ¡Cómo no reconocerla si para ti no pasaba desapercibida! Su aroma mínimo, su sonrisa preciosa, su voz suave; que te remonta a la voz de ellatambién a la voz de ella.

Ya no recuerdas tus escritos antiguos. No hace mucho que ella se fue ¿sabes? Pero, ya no recuerdas lo que escribías, tal vez una que otra frase que manchaba el papel. Tal vez recuerdos tuyos, sufriendo una y otra vez sobre la mejor manera de decir te quiero en hojas innumerables, aún cuando el mensaje era sólo eso. Y recuerdas la última sonrisa que te regaló y recuerdas su aroma mínimo, su sonrisa preciosa, su voz suave, sus ojos bellos y su cabello al viento… ese día.