sábado, 15 de septiembre de 2007

Cartas sin nombre IV

Los ojos tristes, ya extraños – no iguales - nunca más iguales. ¿O son los mismos? Quiero creer eso. Para sentirme bien, feliz. “Tonterías” pienso muchas veces, si no la mayoría de las mismas, “esperándote”; “a que vuelvas”. Tu mundo es otro… ¿Tengo que sufrir una espera eterna, entonces? ¿No fue suficiente el corazón roto, esa última despedida?

“¡Qué importa que mi amor no pudiera guardarla!
La noche está estrellada y ella no está conmigo.”


Escribir. Para recordar y para sobrevivir a tiempos aciagos, a estos tiempos sin ti. Sin ti. Muchas veces desisto y pienso en irte a buscar allá donde te encuentres pero el miedo tiende a paralizarme una vez que lo quiero hacer. ¡Soy tan cobarde!

¿Qué quería decirte esa noche? Nada… pero todo. Que eras tú a quien todavía extrañaba ver, que todo este tiempo – y ya es bastante – escribí por ti, que nunca me olvidé de ti… simplemente te dejé ir… a ver si algún día tú querrías volver a verme. Escribí por ti… escribo por ti…

“…y éstos sean los últimos versos que yo le escribo.”

Nunca.

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