viernes, 10 de julio de 2009

Esta mañana

“Esta mañana
me di cuenta que no hay nada
que yo pudiera hacer
para que deje de una vez
de llover…”

Esta mañana. Coti

Existen infinidad de deseos encerrados en la mente y el corazón del hombre. Lo más terrible es que estos deseos puede que no sean nunca manifiestos: por miedo, por orgullo, por evitar que esas máscaras que utilizamos cada día al levantarnos se agrieten y dejen ver quienes somos realmente.

¿Quién soy realmente? ¿Quiero que mi máscara caiga? Te soy sincero: últimamente sí. Quiero que veas quien soy. Que me quieras o no, no es algo que esté en mis manos y es algo que es tan valioso que difícilmente trataré de forzar. Las cosas que deben de nacer, nacerán. De otro modo, sólo se ha de vivir una fantasía sin cariño. Y eso no es lo que quiero contigo.


El mundo está lleno de corazones, me dicen. Así es, pero cuántos corazones son como el tuyo… Esta mañana, al despertar tomé mi máscara, me di cuenta que la vengo usando desde mucho tiempo atrás y que sólo me la he quitado en muy contadas ocasiones. Ya no más. Para ti, seré yo.

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