martes, 2 de octubre de 2007

Soledad

La canción va dejando de sonar. Hasta ser casi imperceptible. Y así, en su sonido minúsculo flota en el aire eternamente. El frío también está presente, este cielo totalmente gris, atentando contra su querer. Cuántas veces las situaciones se tornaban tan difíciles. Cuántas veces las circunstancias fueron adversas.

Tantas veces escuchó esa canción que ya las palabras no tenían sentido y la melodía eterna rellenaba su mente. Día tras día y toda la noche. Incluso en sueños creyó escuchar esa canción pero la letra de ésta le revelaba el pasado cantándoselo como si este fuera a suceder en el futuro.

“Tal vez me estoy volviendo loco”, pensaba. Y a lo mejor era cierto.

Lo peor, y se decía esto muchas veces, era que las canciones no le traían recuerdos desagradables, por el contrario, era en sus sueños en donde se le revelaba tanto secreto y tanto misterio con respecto a esta canción que había llegado a describir como aquella que rellenaba su soledad, que impedía que sus silencios fueran completos.

En sus sueños se le mostraba un rostro sonriendo, la canción sonando muy fuerte, el rostro definiéndose un poco cada vez, a medida que la canción cambiaba de intensidad. Reconocía a esa persona en su sueño. Pero sabía además que no la recordaría al despertar. Lastimosamente, la soñaba. Ella sonreía. El la adoraba.

Dentro del sueño se interrogaba. Ya no sabía si su soledad actual era por ella o era porque era feliz así, solo. Soledad simple que le llegaba gris por la ventana abierta junto con ese cielo terrible. Cuántas noches de soledad aguantaría… no sabía cuántas más. Habría que pensar con quién desechar la soledad, se decía… es ridículo pensar que se puede compartir la soledad… quién querría recibirla… y el sueño continuaba y él la adoraba…

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