martes, 24 de marzo de 2009

Gato

Los gatos siempre me animan. Tal vez lo verde de sus ojos sean la esperanza que necesito. Esperanza que me permita despertar cada mañana. Tal vez en lo verde de sus ojos se refleje aquella persona que busco. De ahí que el gato sonría cada mañana, cuando lo encuentro. Un animal feliz que me espera en la puerta de la casa. Ese gato sabe mucho y calla, afortunadamente, también mucho. Sabe de mis noches de ternura y de mis amores de amaneceres trágicos. El gato me contempla ahora meciendo su cola, jugando, porque sabe que vengo contento. Gato te ruego, ya que sabes a quien busco, hazle saber que la quiero y que la alegría que te invade se me contagie; por ella.

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